Hace unos dos meses llegó esta pequeña a mi vida y, aunque ha supuesto toda una locura y revolución, creo que ha sido la mejor decisión que he tomado nunca. Malibu es una cachorrita de Golden Retriever que me regaló una familia. Cuando fui a recogerla pude elegir entre ella y algunas de sus hermanas. Mi decisión fue clara... Malibú había venido directa a mi y desde el primer momento no había dejado de lamerme.
Los primeros días fueron un poco difíciles. Entre que nunca había tenido un perro y que Malibú sólo tenía un mes y una semana... no sabía que hacer con ella. Finalmente se fue adaptando bien a la casa y a su nueva "manada". En tres días se había familiarizado con todo y a penas lloraba por las noches.
Seguramente escribiré más sobre este proceso dentro de poco; sobretodo para aquellos que se vean en la misma situación :)
Por cierto, estas fotos se hicieron cuando Malibú llevaba unos pocos días en casa. Ahora es el doble de grande y ya tiene tres meses (y sí, sigue igual de adorable).
